 La noche del domingo nos llevamos una sorpresa grata al recibir por correo electrónico una nota de prensa que informaba que la hazaña de nuestro gran Cañonero en 1971, será llevada al cine en formato 3D.
La película, que se producirá en Hollywood, revivirá la proeza del despreciado caballo norteamericano que por poco consigue llevarse la Triple Corona estadounidense.
Cañonero nació en Estados Unidos, pero fue desechado en su país de origen y vendido para Venezuela. Aquí debutó para los colores de Pedro Baptista bajo el entrenamiento de Juan Arias. Ambos maquinaron la "utopía" más grande del hipismo venezolano, al aspirar la Triple Corona norteamericana con un caballo que hasta el momento sólo había sido rendidor en La Rinconada. Su propietario ni siquiera tenía dinero para costear el viaje y tuvo que pedir un préstamo para financiar su "locura".
En la silla de Cañonero fue asignado el "Monstruo" Gustavo Ávila y partieron para Lousville 3 desconocidos en la élite del hipismo mundial: Cañonero, Ávila y Arias. Al llegar fueron objeto de burla, la forma de entrenar del "Negro" Arias fue cuestionada por los "sabios" del entrenamiento gringo, pero Cañonero se encargó de exaltar el nombre de Venezuela al sorprender en el Kentucky Derby. En 1971 Venezuela fue noticia en todo el mundo por el "boom" petrolero y por Cañonero.
En el "Preakness" se repitió la historia, pero en el "Belmont" cayó la ilusión con un cuarto lugar.
Pero más allá del logro deportivo, la hazaña de Cañonero unió a un país, creo una ilusión colectiva e inmortalizó a sus protagonistas. Ahora Cañonero volverá hacer historia, pero en el cine.
El proyecto nació del polifacético Carlos Alberto Arteaga, un auténtico "horseman" de la hípica venezolana. En nuestro hipismo ha fungido como comunicador, propietario, narrador, productor, comentarista y como entrenador. Él junto con el productor cinematográfico Salomón Gil escribieron el guión.
El rodaje se llevará a cabo en la primavera de 2012 en Kentucky, Nueva York, Maryland, Los Ángeles y Caracas. Esperamos con ansias para unirnos de nuevo a la fiebre del gran Cañonero.
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